jueves, 26 de julio de 2012

Adiós Ansiedad (carta anónima)

Querida no amiga Ansiedad: Aunque llegaste de improvisto y sin avisar tuve que asumir que estabas y te manifestabas con tus síntomas. Durante estos años no he sabido identificarte siempre, ni entendía por qué me ocurría a mi....Lloré, me frustré, pensé que no iba a poder superar jamás la situación y sin darme cuenta te apoderaste de mis ilusiones, mis objetivos, de mi vida... Actualmente, sé que a pesar de haber sido difícil, soy más fuerte que hace unos años y tengo las herramientas para abordar mis situaciones, para ser más tolerante, para entenderte y para saber cómo actuar.
Hoy siento que soy más fuerte que tú y qué te he superado, y sé que si vuelves sabré que hacer contigo. Hoy no tengo miedo.
Adiós Ansiedad

miércoles, 25 de julio de 2012

No necesitas la aprobación de los demás


  Es posible que pierdas demasiados momentos presentes esforzándote por lograr la aprobación de los demás o preocupándote por alguna contrariedad que te haya acaecido. Si el deseo de aprobación externa se ha convertido en una verdadera necesidad en tu vida, quiere decir que tienes mucho que hacer en pro de ti mismo. Puedes empezar tratando de comprender que la búsqueda de la aprobación externa es un deseo más que una necesidad. A todos nos gusta que nos aplaudan, que nos hagan cumplidos y nos alaben. Nos sentimos bien cuando nos acarician mentalmente. ¿Quién iba a querer renunciar a todo esto? Bueno, no hay ninguna necesidad de hacerlo. La aprobación no es un mal en sí misma; en realidad, la adulación es deliciosamente agradable. La búsqueda de la aprobación se convierte en una zona errónea sólo cuando se convierte en una necesidad en vez de un deseo.

  Si sólo deseas la aprobación simplemente es porque te sientes feliz con el apoyo y la aceptación de la demás personas. Pero si la necesitas, te puedes derrumbar en caso de no conseguirla. Es entonces, cuando empiezan a funcionar las fuerzas autodestructiva. Del mismo modo, cuando la búsqueda de aprobación se convierte en una necesidad, tú entregas un trozo de ti mismo a la "persona exterior" cuyo apoyo es imprescindible para ti. Si ese tercero te desaprueba, te inmoviliza (aunque sea levemente). En ese caso es como si hubieras elegido ponerte tu propia valía como un adorno en la manga para que la gente te la sobe o no te la sobe según le parezca.  

     Te sientes bien en tu interior solamente si ellos deciden administrarte alguna dosis de alabanza.

     La necesidad de la aprobación de otra persona está mal, pero se llega al verdadero problema cuando dicha necesidad se convierte en necesidad de apoyo de toda la gente para cada acción que emprendamos o hayamos cumplido.

Si sufres ese tipo de necesidad, te expones a sobrellevar muchas miserias y frustraciones en la vida. Y lo que es peor aún, estarás incorporando una imagen de persona inexistente que acabará en el tipo de autorrechazo.

Sacado del libro Tus Zonas Erroneas de  Dr. Wayne W. Dyer

martes, 24 de julio de 2012

Fobia Social


La Fobia Social es uno de los cuadros más frecuentes dentro de los Trastornos de Ansiedad, así como de los más peligroso, por estar casi siempre acompañado de otro cuadro, como: alcoholismo, drogadicción,  depresión, agorafobias, y otros.
En la “Fobia Social” la persona siente un miedo intenso a someterse a situaciones públicas, donde reciba algún tipo de evaluación, o él sienta que la recibe,  se siente juzgado. Esto ocurre porque también piensa que esa situación lo llevaría indudablemente a sentirse humillado y desvalorizado por los otros.
Debido a estos pensamientos, su ansiedad aumenta de forma tan significativa, por lo que llega a desarrollar ataques de pánico.
Las personas con fobia social, proyectan en los demás una supuesta crítica negativa o rechazo, que en realidad tienen con ellos mismos. Son ellos lo que no se aceptan en primera instancia. Luego habrá que evaluar en cada historia particular de vida cuáles han sido los acontecimientos o factores que lo llevaron a esa falta de confianza consigo mismo.
Es importante considerar que si bien es una patología altamente inhabilitante por el deterioro que provoca en las relaciones personales, familiares, laborales y sociales, por el grado de aislamiento que llegan a sufrir; también tenemos que decir que es posible que la persona afectada logre una buena recuperación mediando un diagnóstico y tratamiento adecuado.
Las situaciones más temidas suelen ser: hablar en público, acudir a fiestas o actos sociales, hablar con personas de autoridad, Ir a orinar a un baño público, comer o beber en lugares públicos o acudir a exámenes entre otros.
Suelen tener pensamientos del tipo: “voy a parecer un tonto”, “soy muy aburrido”, “lo que tengo que decir no le va a interesar a nadie”, “soy poco interesante o atractivo”, “se van a burlar de mi”.
Los síntomas más frecuentes suelen ser: palpitaciones, temblores, sudoración, molestias gastrointestinales, tensión muscular y rubor facial.
La lista de distorsiones cognitivas es amplia: tienen pensamientos extremistas de todo o nada, minimizan lo positivo, tienden a adivinar lo que el otro piensa o lo que sucederá…
En cualquier caso, el consejo de oro es el siguiente: “Si tiene miedo, actúe... el único modo de a luchar contra el miedo es la acción”.

Paula Cañeque

domingo, 22 de julio de 2012

Soy el amo de mi destino; soy el capitan de mi alma

Cuando hablamos de crecimiento personal, me gusta recordar a William Ernest Henley, (1849-1903) un poeta inglés, que debe merecer aún más nuestra admiración por las adversidades que tuvo que sobrellevar desde niño. Es celebre especialmente por el poema que recojo aquí, Invictus. Los dos últimos versos, quizás sean, a decir de los entendidos, de los más famosos de la literatura inglesa,  y en los que el poeta arroja con toda la fuerza de la poesía, la determinación personal de la responsabilidad de su vida. Espero que lo disfruten, ¿y por qué no?, que lo hagan parte de su filosofía de la vida.


Desde la noche que sobre mí se cierne,
negra como su insondable abismo,
agradezco a los dioses, si existen,
por mi alma invicta.
Caído en las garras de la circunstancia,
nadie me vio llorar ni pestañear.
Bajo los golpes del destino,
mi cabeza ensangrentada sigue erguida.
Más allá de este lugar de lágrimas e ira
yacen los horrores de la sombra,
pero la amenaza de los años,
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el camino,
cuán cargada de castigo la sentencia.
Soy el amo de mi destino; soy el capitán de mi alma.

Qué es la Paranoia


La paranoia es una enfermedad mental caracterizada por delirios de persecución. Según el punto de vista del psicoanálisis, el paranoico cree ser perseguido porque atribuye a los demás —proyecta en ellos— su propia agresividad. En la esquizofrenia paranoide, el paciente suele vivir delirios en los que se ve a sí mismo como algún gran personaje histórico o recibe mensajes de alguno de ellos. Este delirio se llama megalomanía o manía de grandeza.
Los griegos llamaban a los enfermos mentales en general paranous, palabra formada por pará 'fuera de' y nous 'mente'.

La definición del diccionario de la Academia parece, por tanto, demasiado limitada: —Perturbación mental fijada en una idea o en un orden de ideas—. Veamos el siguiente texto del diario madrileño El Mundo sobre el cineasta británico Mike Leigh:
Se ofende también con gran facilidad y puede llegar a mostrarse muy abrasivo sin un motivo que lo justifique. Se muestra paranoico con respecto a la prensa británica, tras haber sido atacado por varios periodistas (mujeres casi siempre), que consideran que en su obra retrata a las mujeres de forma muy poco comprensiva, si bien es mucho más cariñoso con los periodistas extranjeros.

La cita anterior muestra la denotación más común de paranoico en el lenguaje cotidiano: alguien que se siente perseguido o atacado sin causa que lo justifique.


Paula Cañeque

sábado, 23 de junio de 2012

Resiliencia - " sin barreras mentales"

A Inés Grau, una joven catalana de 24 años, la vida le cambió una mañana a los 17 años, cuando le fue diagnosticada una esclerosis múltiple.
“La primera vez que lo escuché me sonó muy mal y, claro, el primer pensamiento que tuve fue: acabaré en una silla de ruedas, pero poco a poco pasé del negativismo absoluto a darle la vuelta”. Nunca pensó que un día llegaría a subir los 5.895 metros del monte Kilimanjaro.
La aventura de Inés comenzó cuando conoció a Lori Schneider, una mujer de 56 años afectada por esta enfermedad y fundadora de Empowerment Throught Adventure, que organiza retos para personas con algún tipo de limitación física.
Schneider, que ha escalado las siete cimas más altas de los cinco continentes, le propuso a Inés que se uniera a una expedición, formada por diez personas que padecían esclerosis y por cuatro enfermos de Parkinson, que en julio de 2011 tenía el objetivo de ascender al techo del continente africano.
Es de esta forma, como personas que sufren adversidades nos transmiten un mensaje de optimismo y que muchas veces "sólo existen barreras mentales"